En mi país, Colombia, la política laboral en torno a las mujeres embarazadas es completa frente a lo que al cuidado de la madre gestante respecta, sin embargo, para las empresas resulta complejo la contratación de mujeres en mi estado, pues al parecer "no resultamos rentables", parece como si fuéramos una carga económica difícil de sobrellevar.
Pero gracias al compromiso de algunas empresas públicas, hoy puedo decir que soy una mujer embarazada y trabajadora, una gran experiencia para mí, que redundará en el bienestar de mi bebé y mi esposo. Al principio es un poco perturbador, porque acostumbrarse a horarios, ciertas tareas, la movilidad, entre otros, es extraño, más cuando el cuerpo ha cambiado tanto y se sienten cosas que antes no sentías.
Sin embargo, y si tu médico comprueba que tu embarazo no es de riesgo, tú puedes continuar trabajando si ya lo venías haciendo o empezar si no lo hacías, y es que esta es una de las cosas que precisamente más me han gustado más de mi rol gestante, el de poder seguir ejerciendo mi profesión con bebé en mi pancita.
Yo recomiendo ser muy organizadas, descansar bien, alimentarse con comidas preparadas en casa, buenas frutas, agua y seguir con rigurosidad cualquier tratamiento que se te haya indicado desde lo médico. Intentar caminar, así sea al tomar el transporte público, sentirse cómodas con la ropa que se utiliza para laborar, sin perder el estilo personal, tomar buenas posturas en el sitio de trabajo, mantenerlo aseado y decorado con una foto o una planta que demuestren tu toque personal, hacer buenas relaciones siempre con tus compañeros de trabajo, responder por tus citas médicas y por tu trabajo como se te haya asignado y ser muy responsable con las tareas y los tiempos, en ningún momento anteponer el hecho de ser gestante para manipular situaciones y hablarle siempre a tu bebé.
¡Ánimo, embarazada SI, trabajadora, también!
A propósito, el logotipo de este nuevo proyecto del que hago parte.
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